Bonjour!
¡Por fin en casa, qué hambre tengo! Mi abuelo y yo nos hemos recorrido el puerto de punta a punta.
¡Por fin en casa, qué hambre tengo! Mi abuelo y yo nos hemos recorrido el puerto de punta a punta.
Como echaba de menos el sonido de las olas, la brisa marina... ¡Qué maravilla! No me acordaba de lo bonito que era. Nos hemos parado a tomar un café en la terracita de un bar con vistas al puerto. Ha estado genial poder charlar con mi abuelo y ponernos al día. Hemos recordado aquellos días en que salimos a pescar cuando era más pequeña, eso sí que eran buenos tiempos.
Me ha impresionado la cantidad de barcos que habían en el puerto. Tradicionalmente, Marsella sobrevivía de la pesca, ya que conectaba las colonias francesas con el pueblo. Mi abuelo me ha contado que han construido un puerto nuevo, de contenedores comerciales, lo cual, es una fuente de ingresos para la ciudad. El puerto viejo es uno de los principales atractivos de la ciudad. La verdad es que he visto muchos turistas hoy. Me ha dicho que suelen venir muchos y que ayuda bastante a la economía de Marsella, al igual que la pesca.
Además, hemos ido a comer al restaurante de su amigo Paolo donde sirven unos pescados muy buenos. Y es que, me ha comentado que la pesca aún sigue siendo fundamental y que es uno de los principales ingresos. Dice que las capturas frescas del día son un reclamo muy importante para los restaurantes de Marsella.
Bueno, poco a poco estoy aprendiendo un poco más acerca de esta hermosa ciudad. Estoy impaciente por ver que más puedo descubrir de Marsella, y que nuevos rincones puedo visitar.
Os dejo una foto desde la terraza del bar, es impresionante.
¡Hasta pronto, amigos!
Marta Tarazona Amat
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