viernes, 29 de mayo de 2015

Tomar una decisión

Buenas tardes, amigos:

Como bien dije, voy a ver si me como Roma, pero, sin embargo, es Roma la que me come a mi. Es tan grande y tan bonita que necesitaría muchos más días para conocerla y poder disfrutarla un poquito más, pero eso es justo lo que me faltan: Días.

Esta mañana, me ha llamado mi madre un poco preocupada. Dice que se alegra de que me lo esté pasando tan bien y está sorprendida del giro inesperado que ha realizado mi viaje. Ella, además, sabe cuál es mi relación con Marcelo y cuáles son mi sentimientos hacia él. Por ello, me apoya a que continúe con mi viaje, pero es cierto que se está haciendo demasiado largo y no he vuelto a recibir noticias de él. 

La conclusión es que, por mucho que tenga ganas de verle, mi vida no gira en torno a él. Mi madre necesita ayuda con la tienda y, yo, ya me he tomado suficientes vacaciones.
Ahora mismo, estoy confundida porque he sentido tanta alegría y emoción de pensar que podía llegar a verle en este viaje, pero ya no siento lo mismo. Estoy decepcionada porque no me puedo pasar la vida buscándole y esto se está haciendo eterno.

¡He tomado una decisión! Italia me fascina, no me quiero ir y, en el fondo, aún tengo la esperanza de recibir alguna noticia de Marcelo, que espero que sea definitiva. Pero como tengo que volver y ayudar a mi madre, he reservado mi viaje de vuelta en barco desde la ciudad de Nápoles. Mi barco sale en 4 días así que ese es mi tiempo restante de disfrutar aquí.

He decidido seguir esta ruta costera hasta Nápoles. ¡Seguro que disfruto mucho!

Paula Rubio Muñoz


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