domingo, 31 de mayo de 2015

Soy lo que soy por aquello que me rodea

Me despido de todos ustedes, queridos acompañantes de este viaje que me ha hecho ser mejor persona. Al menos, ser una persona más realizada. Conocer mundo es un privilegio del que todos deberíamos disfrutar. Marcelo y yo, en modo avatar, os decimos adiós.



                                                                                                              Alejandro Gil Álvarez

Te quiero, Marcelo.

Amanece y es el cuarto día. ¿Os acordáis? Dije que estaría cuatro días más. Se acabó amigos.

¡No! Aun queda disfrutar de todo este día. Marcelo, a modo de despedida, me dijo que me llevaría a uno de los lugares más emblemáticos e históricos de la provincia napolitana: ¡El Vesubio! Es un volcán inmenso conocido en, prácticamente, todos los rincones del planeta Tierra.

Una vez llegados al punto más alto donde la empresa que coordina el senderismo en la ya mencionada montaña permite, hemos hecho un pic-nic. ¡Deliciosos bocadillos de paté!

En el postre he mirado a la nada, mientras pensaba en todo. Este viaje me ha cambiado la vida y aunque tú quizá nunca llegues a saberlo: Te quiero, Marcelo. Cada paso que he dado para llegar hasta aquí, cada lágrima, cada noche de insomnio tienen tu nombre grabado en la dedicatoria. Siéntete afortunado, pues eres dueño de un corazón.

Os adjunto una vista cenital del volcán. Si entrase en erupción, lo apagaría con mis lágrimas por amor.


                                                                                                 Alba Soria Cañamero

Yo, Marcelo y la noche napolitana



Ya de vuelta en casa de Marcelo, después de una noche muy especial...

Hemos recorrido las magníficas calles de la ciudad, se respiraba un ambiente muy agradable. Además, hemos aprovechado para ponernos más al día, le he contado toda mi aventura y las anécdotas que me han ocurrido a lo largo del viaje. 

Me ha llevado a un restaurante muy bonito. La verdad es que creo que es uno de los rincones más maravillosos de Nápoles. Una pizzería con vistas al mar, la comida era fabulosa, que voy a decir de la comida, maravillosa. Las pizzas que ofrecía aquel sitio eran las mejores del mundo al igual que los helados, los dulces... ¡Mamma mía, me he puesto las botas! No podía ser todo más perfecto, comiendo mi plato favorito y compartiendo esta velada con mi maravilloso amigo Marcelo. La verdad es que me he sentido muy bien con él. 

Me transmite mucha tranquilidad y confianza, me gusta mucho hablar con él de todo, pero sobre todo de fútbol. Es una las opciones de ocio que comparten la mayor parte de los napolitanos, entre ellos Marcelo. La afición por un partido de fútbol, es algo que tenemos ambos en común. Pero eso sí, de partidos muy diferentes. Me ha hablado de su equipo favorito el Società Sportiva Calcio Napoli. Según me ha comentado es uno de los clubs más importantes del país. No dejaba de hablar de Higuaín y Callejón, las estrellas de fútbol. La verdad es que me divierte mucho verle hablar tan emocionado de este equipo y de estos jugadores. Cuando empieza a hablar sobre fútbol ya no puede parar. 


Tras un largo rato escuchandole hablar, me han entrado ganas de descubrir la noche napolitana. Le he pedido a Marcelo que me llevase a un sitio para pegar un par de bailes y liberar las tensiones que he ido acumulando a lo largo del viaje. Hemos visitado algunos de los bares de Via Chiaia a tomarnos algo.  Ha sido muy especial, como hemos congeniado tan bien como si nunca nos hubieramos separado. He de decir que la noche terminó con una escena muy divertida y bonita. ¡Marcelo me sacó a bailar! Nos lo hemos pasado tan bien… Hemos bailado mucho esta noche hasta que los pies no podían aguantar más. Le pedí que fueramos a casa, ya que estaba tremendamente cansada.

Bueno y después de esta reflexión de lo que que me ha ocurrido el día de hoy, me voy a dormir. Me ha dejado dormir en una habitación muy bonita con unas vistas muy impactantes. La verdad es que me ha alegrado muchisimo encontrar a Marcelo, es un chico muy divertido y me ha sabido enseñar muy bien la noche napolitana. 


Bueno, ha llegado el momento  de meterse en la camita y descansar. Presiento que mañana será un día muy divertido y emocionante. 

¡Buenas y felices noches, queridos amigos!

Aquí os dejo las impactantes vistas desde mi habitación, una verdadera maravilla.



Marta  Tarazona Amat



Llegó el momento.

¡Por fin! ¡Es él! No puedo estar más feliz, ha sido impresionante, increíble e imposible de mejorar.

Queridos lectores, probablemente, muchos de vosotros estábais esperando este momento, al igual que yo. Por eso, me gustaría contaros con cada detalle cómo ha sido el encuentro. Quiero intentar que os pongáis en mi piel y que sintáis lo que he sentido yo en ese mismo instante.

Perdida por las estrechas calles, tras recibir la ayuda del jovenzuelo de 70 años, he tenido el honor de vivir un espectáculo típico de esta ciudad, el Festival de Nápoles, que según ponía en el folleto que me han repartido, se trata de un concurso de canto de las canciones tradicionales creado en 1952, pero con los nervios no he podido disfrutar del todo, por eso he pasado un poco de largo.

Tras pasar por esa calle llena de cantantes napolitanos, he entrado en una calle repleta de pizzerias, que si no hubiera sido por mi impaciencia y nerviosismo habría probado un trozo de cada una de ellas. En esa calle he podido afirmar que la pizza es el plato típico italiano, y que en Nápoles el ingrediente típico de ellas es el pescado y el marisco.

Al fondo, una casa azul, grande, típica italiana, llamaba la atención de mis ojos. Me acerqué, 38. Esta es. ¿Os podéis creer que, después de tanto tiempo esperando este momento, he sentido un poco de miedo? Un sentimiento extraño recorría mi cuerpo, pero sin pensármelo dos veces he llamado y después de cinco o seis segundos esperando en la calle, ahí estaba con él, abrazándole, casi con lágrimas en los ojos. Ha sido un momento mágico. No hemos podido parar de hablar en toda la tarde. Él me ha contado las cosas más importantes que han pasado en su vida hasta este momento, y yo también, aunque no se lo he contado todo, el momento que he vivido hoy al reencontrarme con él también se incluye en esas cosas cosas que considero más importantes pero no, no me he atrevido a decirlo.

Ahora estamos aquí, en su casa, él está preparándose porque nos vamos a dar una vuelta y yo más feliz que nunca os deseo unas muy buenas noches.

                 

                                                                                              Carolina Planells Tarazona

¡Qué sí, señor! ¡Qué sí!

Una uña, dos uñas, tres uñas. ¡Oh, vaya! Ya no me quedan uñas. Esto, ahora sí, llega a su fin. Ya estoy preparada para ir a la dirección que me ha enviado Marcelo.

¡Un momento! Para encontrar la dirección, me he acercado a un jovenzuelo de unos 70 años, aproximadamente, a preguntarle. Ya sabéis como son algunas personas, es decir, les preguntas una cosa y acaban contándote su vida, la de su primo y la del tío de su esposa.

En definitiva, para que me dijese dónde está la calle, me he tenido que tragar que Nápoles es lo que es gracias al comercio marítimo, del cual se ha nutrido históricamente. Al estar abierto al mar Mediterráneo, me decía, entraban los recursos mediante la vía portuaria. Además, era un importante proveedor de recursos para las localidades del interior. 

Pero, ¡eh! ¡Ya sé donde está la calle! ¡Por fin! O quizá debiera decir: ¿Por fin?


                                                                                               Alejandro Gil Álvarez

sábado, 30 de mayo de 2015

¡Una muy buena noticia!

De este viaje he sacado como conclusión que no pienso coger un bus en los próximos 20 años, como mínimo. Por lo menos, ya he llegado a Nápoles. Pero, bueno,  no os preocupéis que esta no es la buena noticia. Esto no es, precisamente, lo que os quería decir.

¡Marcelo me ha llamado por teléfono! Así, sin más. Después de todo un viaje de aventuras. ¡Con lo fácil que hubiera sido una llamada desde un principio! Pero ya no me importa por que, por fin, lo voy a ver. He cancelado mi billete de vuelta y, por supuesto, he llamado a mi madre para decirle que me quedo 4 días más en el apartamento de Marcelo. Quiero pasar unos días con él para hablar de todo y disfrutar de Nápoles, la última ciudad de visita de mi viaje. O eso creo.

Lo primero que me ha dicho cuando he respondido a su llamada ha sido un perdón. Perdón por no haber dado señales de vida y haberme dejado colgada por Italia, pero le he dicho que no importa. Yo he disfrutado del viaje igualmente; de todas formas, me alegra que se haya disculpado y ha insistido en darme explicaciones. Resulta que Marcelo es miembro del PD, el Partido Democrático de Italia, y como es el que gobierna actualmente ha andado liado con conferencias y asuntos de políticos. A saber.

La política de Italia se basa en un sistema republicano parlamentarista con democracia representativa y el presidente de la república es el jefe del estado del país. No me ha dicho mucho más por teléfono. Hemos quedado, hoy, a las 18:00h. En su apartamento. Me ha mandado la dirección vía WhatsApp.
He buscado la dirección y me he quedado asombrada. No recordaba que Marcelo tuviera tan buen gusto.

Os dejo una imagen de la ubicación de su apartamento. Por favor, fijaos en las vistas.


Estoy impaciente por verle. ¿Cómo estará? Hace tanto que no le veo.

Paula Rubio Muñoz

Autopreguntas

Antes de subir a este autobús infernal, ¿yo tenía piernas?

¿He perdido la movilidad para siempre? ¡No siento las piernas!

¿Volveré a caminar algún día? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

5 minutos más tarde:

Vale. He exagerado un poco. Ya he recuperado la movilidad. Se me habían dormido las piernas de estar tantas horas sentada y en la misma posición. No llaméis a un médico amigos, volveré a correr campo abierto cual gacela en libertad.

Horas más tarde:

He decidido mostraros, paso a paso, mediante fotografías donde he estado.

Os voy a ubicar, estoy en Gaeta.


Preciosa vista panorámica, ¡no digáis que no!


Esta preciosa ciudad, entre Roma y Nápoles, se encuentra en la llamada Riviera di Ulises, dando al mar Tirreno. Su historia como resort comienza en la Roma Imperial. Entre los sitios de interés de la zona, está en mausoleo del general Lucius Munatius Plancus, del siglo I a.C.



Su casco antiguo es eminentemente medieval, caracterizado por estrechas avenidas, el gran castillo del siglo XIII y la Catedral de Assunta e San Erasmo, del siglo XII. Para relajarse, la bonita y central playa de Serapo Beach es la favorita.





He podido descubrir que aquí en Gaeta hay muy buena relación políticamente hablando con EEUU, ya que se encuentra una base de la OTAN que, actualmente, se utiliza como puerto base para el buque insignia de la Sexta Flota de los Estados Unidos. De que cosas más curiosas se entera una.

Aquí os dejo un link para que os informéis bien de todo lo relacionado con Gaeta. Es extenso, pero completo.


Me despido de vosotros rumbo a Nápoles. No sé que me deparará a mi llegada. ¡Ay, Marcelo! ¿Qué ha sido de ti?

Alba Soria Cañamero